Cuando lavo mi cara,
puedo también ver la tuya.
Almas similares
que con el brillo de sus pupilas
claman socorro.
Fuíste un capítulo sin leer,
un libro sin terminar,
una historia echada al viento.
Yo, un pétalo que cae,
choco con el mundo cada mañana
porque tenia tu recuerdo...
pero lo perdí bajo la lluvia.
Y mojé tu rostro de culpas
y lo que te di se te escapó,
y voló al cielo
dónde tantos recuerdos parecidos
yacen al paso de los siglos.
Ahora, grito tu nombre...
pero tú, ya te has ido.